lunes, 4 de agosto de 2008

Soy la rémora de un fado

De mi amiga
Me dices ¿cuál es tu nombre?
cada vez que te visito
y anónima me permito
que mi negación te asombre.
A quién le importa buen hombre
las letras de mi llamado
sin en terreno desolado
nadie precisa de mi
el nombre que no te di
es la rémora de un fado.

Cómo me llama este mundo
es un dato solamente
y en el llano de mi frente
vive un silencio profundo.
En ese solo rotundo
mis acordes son satianos
que se cuelan desde un piano
desvergonzado y altivo
en un Idylle curativo
cuando el olvido es tirano.

Voy al apa del olvido
del no recuerdo y la espada
del sabor a cal salada
y de un ciego don perdido.
Conmigo sólo han venido
retazos de una impaciencia
tras la vida y su aquiescencia
me han quedado un par de lazos
que dispongo por ser mazos
con seis ases de advertencia.

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